
La salud mental comprende el bienestar emocional, psicológico y social, e influye directamente en la forma en que se piensa, se siente y se actúa. Cotidianamente el ser humano enfrenta situaciones que afectan sus emociones, vida social, conducta, relaciones de pareja, o provocan episodios de ansiedad, desánimo, insomnio, depresión, miedo, entre otros. Por ello es importante resguardar el equilibrio mental en todas las etapas de la vida.
Por medio de la terapia individual se aprende a regular las emociones, desarrollar el potencial, vencer la ansiedad, controlar los impulsos, superar episodios del pasado y adoptar patrones estables y adaptativos de comportamiento saludable.
Este tipo de terapia se basa en las necesidades específicas del paciente dentro de un ambiente de confidencialidad, comprensión, profesionalismo y compromiso.